Las lesiones en los ligamentos son más frecuentes de lo que te imaginas. ¿Sabías que, incluso un cambio de dirección abrupto puede provocar un desgarre del ligamento cruzado? Aun si el movimiento fue menor, puede darse una lesión dolorosa.
Por su parte, un deportista que practique baloncesto o futbol y que debe realizar maniobras evasivas rápidas para cambiar de dirección, tiene más probabilidades de sufrir desgarres de ligamentos ya que estos suelen presentarse en entornos deportivos.
Existe una clasificación muy simple para agrupar las lesiones multi-ligamentosas, conocida como clasificación de Schenk, que las divide en 5 grados en función del número de ligamentos afectados de menos a más grave:
– Grado 1: Sólo Ligamento Cruzado Anterior
– Grado 2: Ligamento Cruzado Anterior junto a Ligamento Cruzado Posterior
– Grado 3: Ligamento Cruzado Anterior + Ligamento Cruzado Posterior + Ligamento Lateral Interno o Externo
– Grado 4: Ligamento Cruzado Anterior + Ligamento Cruzado Posterior + Ligamento Lateral Interno + Lateral Externo
Esta lesión implica una luxación completa de rodilla
– Grado 5: Luxación de Rodilla + Fracturas asociadas
Hoy en el blog de Movim te contaremos sobre los tipos más comunes de ruptura de ligamentos de la rodilla más frecuentes y sus síntomas. ¡Comencemos!
Rotura o desgarre de ligamento cruzado
La articulación de la rodilla tiene dos ligamentos cruzados: ligamento cruzado anterior y posterior. Ambos conectan al fémur con la rótula, la tibia y el peroné. Las lesiones en estos ligamentos se dan cuando se desgarran parcial o completamente.
Las causas más frecuentes de la ruptura de ligamentos de la rodilla son las caídas, accidentes de coche o bicicleta, así como los movimientos abruptos cuando las rodillas y piernas están en una posición ligeramente doblada y giran hacia afuera. Deportes como el esquí, futbol, basquetbol, entre otros donde se requieren movimientos rápidos, saltos y cambios de dirección, se relacionan con lesiones en los ligamentos cruzados.
Los síntomas de rotura de ligamento de rodilla incluyen inflamación, dolor e inestabilidad de la rodilla. En ocasiones se escucha un crujido cuando se rompe un ligamento cruzado, posteriormente la zona se inflama y se siente un dolor intenso, que aumenta al hacer presión en la rodilla. Cabe resaltar que la ruptura del ligamento cruzado posterior es menos común que la ruptura de ligamento cruzado anterior.
Ante la sospecha de desgarre de ligamento cruzado, se recomienda elevar la pierna lesionada, colocar hielo y un vendaje compresivo en el área lesionada. Sin embargo, estas lesiones no siempre se notan de inmediato: la marcha inestable se vuelve evidente cuando la articulación comienza a ceder. No obstante, algunos pacientes denominados “copers” pueden compensar el déficit estructural ya que son deportistas y usan los músculos circundantes, dando como resultado una rodilla funcionalmente estable.
Para diagnosticar las lesiones en el ligamento cruzado, el médico podría realizar la prueba de cajón en la que se tira de la tibia hacia delante como un cajón cuando la rodilla está doblada en caso de lesión en el ligamento cruzado anterior, y se empuja la tibia hacia atrás en caso de sospecha de lesión en el ligamento cruzado posterior.
Además, podrían requerirse exámenes de imagen como rayos X y resonancia magnética para confirmar el diagnóstico y descartar otras lesiones en la rodilla. En algunos casos se recomienda una artroscopia diagnóstica, aunque esta se considera una medida de apoyo durante la cirugía de reemplazo de ligamentos.
La estabilización de la articulación de la rodilla después de un desgarro del ligamento cruzado es clave para contribuir al proceso de curación, aliviar el dolor y mantener una posición segura. Las siguientes órtesis son de gran ayuda en la recuperación:
- SecuTec Genu se recomienda para dar comodidad al paciente y ayudarle a recuperar su movilidad de forma segura, reintegrándose poco a poco a su vida cotidiana.
- SecuTec® Genu se recomienda para estabilizar la rodilla y protegerla del daño en caso de movimientos incorrectos durante el proceso de curación.
- SofTec Genu se recomienda para reducir la tensión mecánica en la articulación de la rodilla, aliviar el dolor, estabilizar y ayudar a recuperarse de las lesiones.
Desgarre o esguince de ligamentos colaterales
Los ligamentos colaterales se ubican a los lados de la rodilla. El ligamento colateral medial (LCM) o interno conecta al fémur con la tibia, mientras que el ligamento colateral lateral (LCL) o externo conecta al fémur con el peroné.
La función de los ligamentos colaterales es controlar el movimiento lateral de las rodillas y protegerlas contra movimientos inusuales. Por su ubicación, las lesiones son comunes y se denominan esguinces, que varían en gravedad dependiendo del grado de elongación del ligamento.
Las lesiones en los ligamentos colaterales se relacionan con deportes de contacto y golpes directos en la cara interna o externa de la rodilla. Por esta razón, son más frecuentes las lesiones en el LCL. Los síntomas de lesiones en los ligamentos colaterales son dolor a los lados de la rodilla; si la lesión es LCL el dolor será en la cara externa de la rodilla, mientras que la lesión en LCM produce dolor en la cara interna. Además, es frecuente presentar inflamación e inestabilidad.
Existen varías opciones de tratamiento que varían de acuerdo a la gravedad de la lesión. Las lesiones MCL se curan después de semanas de descanso y programas personalizados que fortalecen el músculo.
Tratamiento inicial o inmediato: este tratamiento es necesario para poder aliviar el dolor y estabilizar la rodilla. El tratamiento incluye:
- Aplicar hielo varias veces al día más la elevación de la rodilla y un ciclo corto de antiinflamatorios. Esto para disminuir la inflamación y el dolor.
- Se requiere utilizar rodilleras elásticas o rígidas en función de la gravedad de la lesión para que comience la cicatrización del ligamento sin que la fuerza que se aplique lo pueda abrir continuamente. La rodillera Genutrain S es ideal para lograr la recuperación de estos pacientes
- La rehabilitación: a medida que se recupera de la lesión, el objetivo principal es recuperar la musculatura de la pierda, debido a que los músculos ayudan a proteger el ligamento. Se recomienda durante la recuperación y posterior a este.
Triada O'Donoghue
La triada O'Donoghue, también llamada triada infeliz, es una lesión en la rodilla que se produce como resultado de otras lesiones involucradas en el ligamento lateral medial, el menisco interno y el ligamento cruzado anterior. Esta lesión suele presentarse por politraumatismos a causa de accidentes en los que la rodilla se encuentra ligeramente flexionada, la pierna en posición de X y la rodilla gira hacia fuera con la pantorrilla en reposo, lo que se conoce como estrés en valgo. Por ejemplo, cuando la rodilla gira hacia fuera y la parte inferior de la pierna se queda inmóvil.
Usualmente, esta desafortunada combinación de lesiones individuales se da en personas que practican deportes de contacto con pelota, como futbol y basquetbol, además de esquiadores y atletas marciales.
Ante estas lesiones es común escuchar el sonido de los ligamentos desgarrándose, o un sonoro «plop». Posteriormente aparecen síntomas como inflamación, dolor intenso, imposibilidad para doblar o estirar mucho la pierna, estar de pie y puede ser imposible permanecer de pie, entre otros que pueden ir apareciendo después de unos días, como los hematomas.
La inflamación impide ponerse de pie, caminar o permanecer parado, y puede hacer inestabilidad en la rodilla. A esta lesión por carga también se le conoce como «fenómeno de giving-way»
Para el diagnóstico de una lesión triada O’Donoghue, primero se realiza el historial clínico, en particular de las circunstancias de la lesión. Posteriormente, sigue la exploración física para evaluar la articulación de la rodilla. Por último, una resonancia magnética nuclear (RMN) se puede recomendar para valorar los ligamentos, los meniscos y el cartílago.
El uso de órtesis contribuye a la recuperación tras una triada O’Donoghue. SecuTec Genu y SofTec Genu ayudan a estabilizar la articulación de la rodilla, combatir la inflamación, dar comodidad, estabilidad y activar la musculatura durante el tratamiento conservador, así como después de una cirugía.
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